martes, 14 de junio de 2011

¡¡ EL COLOR DE LOS BOLIGRAFOS PERIODÍSTICOS !!.


Atrás queda una temporada marcada a fuego por lo que aocnteció en el mes de mayo. Un mes donde los 4 clásicos decidían la temporada para estos 2 clubes. La tensión era máxima entre ambas escuadras, pero aún mas lo era entre la prensa de madrid y barcelona. Donde la condensación de clásicos y los sentimientos que con ellos van de la mano, llevaron a la prensa a escribir más desde el corazón que desde la cabeza. El resultado: una lamentable imagen a nivel mundial y su espejo en el terreno de juego. Sin lugar a duda, los lobligrafos periodísticos se han teñido en exceso tanto de blanco como de azulgrana. 

EL “CLASICO” BOCHORNO DE LAS RUEDAS DE PRENSA.
Lo que se preveía como un apasionante mes de abril, donde íbamos a vivir la fiesta del futbol, con 4 clásicos en menos de 30 días, se convirtió en el Rosario de la aurora. De lo deportivo poco y de lo dialéctico mucho, incluso creo que demasiado.
Los clásicos se jugaron tanto dentro como fuera del campo. Dentro de él, poco futbol y pocos goles. Fuera de él, como el futbol no daba para más, se habló de robos arbitrales, fingimientos, flujos de poder, cavernas mediáticas, demandas entre clubes…
Es normal la asfixiante presión mediática que se genera alrededor de estos encuentros, pero siempre se había quedado ahí. Tal vez, el hecho de haber sido 4 clásicos en menos de un mes, haya sido el desencadenante de todo. Un clásico tras otro, sin apenas habernos recuperarnos de uno ya estábamos inmersos en el siguiente.
Con los sentimientos a flor de piel, jugándose lo que se jugaban ambos clubes y con el añadido de que cada cita iba subiendo aun más la transcendencia del nuevo clásico, hacían que la guerra mediática fuera poco a poco tomando unos aires nada sanos tanto para el periodismo deportivo como para el futbol en general.

4 CLÁSICOS, MÁS DE 800 PREGUNTAS EN RUEDA DE PRENSAS, MÁS DE 20 PORTADAS, MILES DE TERTULIAS, ARTÍCULOS….
Es normal que Joseph Guardiola se sintiera agotado, no era para menos. Cuando todo acabó, además de acabar el maratón de clásicos, acabó el maratón mediático. Atrás quedan a parte de los 4 encuentros, más de 800 preguntas en rueda de prensa, más de 20 portadas en diarios nacionales, miles de tertulias, artículos, crónicas, declaraciones en redes sociales… todas sobre el mismo tema: “el clásico”.
Discusiones, encontronazos, jugadores que no se hablaban… todo quedó atrás. Llegó así una tregua a tanta intensidad periodística que de seguir un poco más hubiese terminado por acabar con más de uno.
Sea como sea, el país dejó de lado todos sus problemas para solo centrarse en una cosa: el futbol. Tras ellos, tocaba retomar la normalidad y esperar el próximo enfrentamiento que será no dentro de mucho, en Agosto, en la supercopa de Europa. Ahí volverán a verse ambos clubes y ambas prensas, ambos con el fin de tomarse su vendetta particular. Hasta entonces, seguiremos con la misma cantinela de siempre: Unos alabando su futbol como el único que se puede hacer a la vez que se desprestigia a su máximo rival, y otros intentando desestabilizar al otro bando.
Sea como sea, todo será mucho más tranquilo, pues la temporada ha llegado a su fin, y ya nada queda por jugarse entre ambos clubes.

UN CLÁSICO TRAS OTRO, UNAS SENSACIONES TRAS OTRAS.
La condensación de clásicos y su indigestión sobrevenida, comenzaron allá por el 16 de abril. El primero de los clásicos fue el de liga. Un encuentro bastante ligth tanto dentro como fuera del campo. Con poco futbol y con poco que decir al respecto, dado pasó lo que se esperaba, y además no había tiempo para más, el miércoles esperaba la final de copa, y eso ocupaba toda la atención de los medios.
 Y fue justo en el segundo de los clásicos donde se desató la locura en todos los campos. Un partido tosco, con grandes enfrentamientos y calentado previamente por unas declaraciones filtradas a la prensa, en las que se decía que el pasado sábado, Piqué en túnel de vestuarios había tenido un encontronazo con Pepe debido a unas palabras previas que el jugador culé pronunció en dicho túnel.
Palabras que fueron calentando un ambiente de por sí bastante cargado dada la guerra mediática librada durante todo el año entre ambas prensas, la culé y la merengue.
Una batalla mediática librada a lo largo del año, y cuyos protagonistas eran la caverna, ahora la central lechera y la “prensa del orinal” (así se llaman entre ellas). 
En el campo se vio lo mismo que fuera de él, mucha tensión, muchos enfrentamientos, y sobretodo poco futbol. A pesar de ser uno de los mejores partidos de los que se jugaron, el partido fue duro, tal vez, porque así lo quiso Mou. Y con todo ello, el Madrid consiguió su propósito de alzarse con la Copa. Hubo  gestos y acciones del juego que no gustaron entre jugadores, y eso supuso la apertura de un nuevo frente dentro del campo. La presión mediática había traspasado las gruesas paredes del vestuario, y ya se palpaba en el terreno de juego.
Tras el partido y la posterior celebración del Madrid, la cual supuso una tregua a tal batalla periodística, se volvió a abrir un nuevo frente “el social”. Twitter y demás redes sociales empezaban a arder, todo el mundo comentaba la posibilidad de que varios jugadores de Madrid y Barcelona estuvieran bastante molestos por ciertos gestos y comportamientos acaecidos durante el último partido. Nombres como Sergio Ramos, Arbeloa, Piqué, Pedro… aparecían con asiduidad en los medios y las redes sociales como protagonistas de una batalla personal. Compañeros de selección que se veían inmersos en este gran circo mediático.
Con ello, llegaba la Champions, 7 días después de una guerra sin igual, entre ambos prensas, clubes y aficiones, donde desde Madrid se buscaba desprestigiar y desestabilizar al Barcelona y desde Barcelona se incitaba al Madridismo. Y entonces, llegó el día y la hora “PEP”.
Prueba de que el ambiente era demasiado tenso, llegaron las ruedas de prensas previas al encuentro. Mourinho siguió con su habitual discurso que tantos resultados le han dado esta temporada, y volvió a lanzar un órdago a Pep, a sabiendas que sus palabras iban a ser reproducidas por la prensa catalana en rueda de prensa posterior. Y así fue, Pep apareció en escena y tras la reproducción de las palabras de Mou, entró al trapo.
Un Pep nada usual, bastante nervioso a la vez que sarcástico, soltaba la frase del mes. “Mou es el Puto amo, el puto jefe, le regalo su champions particular, la de las ruedas de prensa, nosotros vamos mañana a salir a las 20:45 al campo a jugar al futbol”.  
Con ello, se ponía de manifiesto que la presión mediática había afectado a ambos clubes, y que los rumores de ciertos piques más allá de lo futbolístico eran ciertos. Lo que se esperaba como una rueda de prensa conciliadora, se convirtió en la gota que colmó el vaso. Unas ruedas de prensa bastante bochornosas para quienes se supone tienen que llamar a la calma, al futbol, y a la deportividad.  Ambos se despegaron de lo que representan, y siguieron con su guerra mediática particular, Mou provocando y Pep ésta vez, desacertadamente, entrando en la provocación, algo a su vez poco usual en el de SantPedor. Por lo que si tuviésemos poco antes del partido, ambos entrenadores echaron aún más gasolina al fuego, y el ambiente del clásico no podía estar más caldeado.
Con todo, llegó el encuentro, por fin 90 minutos de descanso mediático, por fin un poco de futbol.  Con un ambiente espectacular en el Bernabeu comenzaba la fiesta del futbol europeo, con un escenario que no podía ser mejor. Pero no fue así, 90 minutos de bochorno futbolístico al máximo nivel y una posterior rueda de prensa lamentable de Mou , donde puso el colofón a un partido que tenía que haber acabado a los 30 minutos del encuentro. Un Mou que olvidó como de costumbre a la entidad que representa y se dedicó a manchar la imagen del Madrid con acusaciones hacia el Barcelona acerca de su influencia en la UEFA y su flujo de poder en la misma.
Por si esto fuera poco, a la guerra mediática se une una guerra en los despachos, tanto Real Madrid como Barcelona tras el encuentro de ida de copa de Europa, se intercambiaban demandas para conseguir aún más desprestigiar la imagen de nuestro futbol.
El mayor espectáculo futbolístico del mundo, se estaba convirtiendo en el mayor bochorno mediático del mundo. Una guerra mediática sin igual, donde todo valía (acusaciones de doping, de adulteración de la competición, de flujos de poner en la Federación, de conspiraciones arbitrales, de falsos rumores  infundados…). Sin  ni siquiera  replantearnos el daño que al futbol nacional estabamos haciendo con tantas guerras periodísticas que no conducen a nada. Simplemente conducen a la crispación y a la violencia. El futbol es futbol y nada más.
Con todo ello, llegó el último de los encuentros entre Barcelona y Madrid. Con los ánimos a flor de piel, con una intensa tensión en torno al encuentro, y con la pasión que desencadena cada uno de estos encuentros, comenzaban 90 minutos que quizás fueran los que realmente estábamos esperando. Así se esperaba y así fue, el encuentro fue, un espectáculo futbolístico sin igual, gran intensidad, gran futbol pero como no, otra vez polémica.
Cuando parecía que todo iba a salir rodado, y que el cierre al maratón de clásicos iba al menos a maquillar todo lo acaecido, llegó Bleckeere y echó más leña al fuego. Su actuación fue más que lamentable, y el triunfo del Barcelona quedó empañado por una jugada. Una jugada que durante muchos y muchos días estuvo y seguirá estando en el ojo del huracán de la prensa madrileña. La actuación del colegiado belga no hizo más que avivar la polémica en torno a conspiraciones arbitrales denunciadas por Mourinho y la prensa madridista al unísono. Casualidad o no, los hechos están ahí, y ahora toca desde Madrid hablar de robo, de conspiraciones arbitrales y de misiones imposibles.
Con esto, sigue y seguirá una guerra que no tiene descanso, pero que al menos el fuego no tendrá tanta leña como la que se ha echado este mes.

CONDENSACIÓN DE CLÁSICOS, CONDENSACIÓN DE SENTIMIENTOS.

Buscando una excusa a tanto bochorno, solo nos queda pensar que quizás por falta de costumbre a tal ingestión de sentimientos en tan poco tiempo, haya producido un atracón de  clásicos dificil de digerir. Una mala digestión producida por los cúmulos de sensaciones que nos hayan llevado a esto. Pero ahora, el sentido común debe imperar por encima de todo, y no debemos sobrepasar la barrera del debate, del respeto y del espíritu deportivo, porque de lo contrario pasa lo que pasa, y lo que ha ocurrido puede ser aún peor.
En cuanto a lo futbolístico, el mundo nos ha mirado, y durante estos 4 enfrentamientos solo se ha hablado de árbitros, de enfrentamientos entre jugadores, de teatro, de conspiraciones…de todo menos de futbol.  En definitiva hemos dado un espectáculo bochornoso.
Como última reflexión decir que el Barcelona tal vez al conseguir ganar la champions, halla conseguido compensar algo de dicho bochorno, pero el Real Madrid ha perdido mucho más que una plaza en la final. Por lo que es normal que ambos clubes se pregunten ¿De qué ha servido todo esto? La respuesta es clara, solo para manchar la grandeza de estos dos clubes y del futbol español.

Un saludo pivotistas.

Fdo. Mateo García.


 

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